Especialistas indican que la Vitamina D ayuda en los procesos antiinflamatorios así como a mejorar el sistema inmune en personas con enfermedades crónico-degenerativas
Especialistas indican que la Vitamina D ayuda en los procesos antiinflamatorios así como a mejorar el sistema inmune en personas con enfermedades crónico-degenerativas
- Vitamina D3, fundamental para tener un estado de salud óptimo a través del fortalecimiento del sistema inmunológico.
- Podría considerarse que los niveles plasmáticos de vitamina D recomendados sean al menos entre 30-40 ng/mL, dependiendo de la persona, condición y edad.
- Las dosis diarias recomendadas de vitamina D son de 4,000 UI al día, entre alimentos y suplementos especiales.
CDMX 14 de julio 2020. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, existe una proporción de pacientes que sufren una respuesta inflamatoria, ya sea vascular o del sistema circulatorio, cuando padecen enfermedades causadas por bacterias o virus, afectando los mecanismos de defensa dentro de su sistema inmune, mayormente en personas con enfermedades crónico-degenerativas como obesidad, hipertensión o diabetes.
El nuevo coronavirus COVID-19 replanteó nuestra manera de cuidarnos física y mentalmente, puesto que ha abierto un gran abanico de posibilidades a enfermarnos y padecer por unas semanas un virus que hasta hoy era irreal, y es que México se destaca por tener un alto índice de personas que viven con sobrepeso, obesidad y diabetes, jugándose constantemente entre el 1º y 2º lugar a nivel mundial en estas enfermedades que desde hace algunos años se han considerado como una pandemia. Hoy más que nunca, estos grupos de riesgo son el foco principal ante el nuevo coronavirus que provoca mayores complicaciones, secuelas e inclusive la muerte.
El Dr. Ernesto García Rubí, Médico Cirujano, Especialista en Medicina Interna y Endocrinología, comenta que el COVID-19 en personas con obesidad, diabetes, hipertensión y otras enfermedades asociadas, existe un estado inflamatorio generalizado (particularmente de los vasos sanguíneos) y esto provoca una mayor predisposición a formar coágulos que obstruyen las arterias y las complicaciones ocurren, afectando el sistema respiratorio. En este punto, la vitamina D forma parte de un concierto de hormonas que van a regular la actividad de otros mediadores (conocidas como citoquinas inflamatorias), los cuales tienen mucho que ver con el estado de inflamación, y en este sentido, la vitamina D reduce la velocidad con la que se van produciendo. De esta manera se reducen los niveles evitando que se salgan de control, y al no salirse de control, la persona va a tener una infección menos agresiva. En caso de producirse citoquinas en exceso, la enfermedad se prolonga a pesar de que ya no haya virus.
“Personalmente he atendido a 70 personas con COVID-19, a las cuales se les ha administrado una dosis personalizada de Vitamina D, en quienes la enfermedad ha sido menos severa y afortunadamente ninguno ha fallecido”, comenta el Dr. García Rubí.
La infección por coronavirus produce un riesgo elevado de complicaciones y mortalidad en los adultos mayores, hipertensos, personas con diabetes o pacientes que viven con enfermedades cardíacas o pulmonares previas. Los informes iniciales de la evolución de los pacientes en China, donde estalló la epidemia, mostraron que los pacientes con las condiciones clínicas mencionadas anteriormente tenían entre tres y cuatro veces más complicaciones respiratorias, hospitalizaciones y mortalidad que los que no tenían tales condiciones preliminares.
Ante esta situación, diversas instituciones médicas han realizado estudios donde se está acumulando abundante evidencia de que la administración de vitamina D regula la expresión de uno de los receptores del sistema hormonal que regula la presión sanguínea (Receptor ACE2) notablemente a nivel tisular del pulmón y vasos sanguíneos. De esta manera, la vitamina D bloquearía el daño pulmonar inducido por la actividad exagerada del RAAS (Sistema Renina-Angiotensina o Sistema Renina-Angiotensina-Aldosterona)1.
En la búsqueda de terapias y soluciones eficaces que ayudan a estos grupos vulnerables y a la sociedad en general a mantener un sistema inmune sano, llueven consejos que van desde un nuevo replanteamiento de dieta y alimentación, así como el fomento de actividad física, cuestiones clave que desde tiempos memorables han permanecido como simples, sin embargo, hoy más que nunca lo simple se vuelve esencial.
“Siempre hay que tomar en cuenta la supervisión médica para que nos ayuden a saber lo mínimamente indispensable que requiere el cuerpo y por ende nuestro sistema inmune”, comenta el Dr. Jorge Yamamoto, Médico Endocrinólogo. “La supervisión médica ante este tipo de situaciones o cambios que deseamos hacer a nivel salud es primordial, ya que a partir de un diagnóstico prosigue un tratamiento personalizado. En la práctica médica siempre decimos que no hay enfermedad sino un enfermo o persona enferma, lo que traducimos como paciente al que debemos personalizar cualquier tratamiento”, comenta el experto.
¿Qué es la vitamina D y de dónde proviene?
Consiste en un nutrimiento esencial que puede formarse en la piel al exponernos a los rayos ultravioleta del sol. En la actualidad, se puede afirmar que más que una vitamina, en realidad es un precursor de la hormona calcitriol, el cual participa en diversas funciones en el organismo, así como en la regulación de aproximadamente 3% de todos los genes conocidos hasta el momento2.
El aspecto primario de la Vitamina D es fundamental para la absorción de calcio a nivel del intestino y sus deficiencias se asociaban a problemas de osteoporosis. Posteriormente, se le atribuyeron otro tipo de beneficios, incluida la disminución de la cascada de inflamación.
Alimentos en donde puedo encontrar Vitamina D: pescados, salmón, sardina, atún, yema de huevo, quesos frescos, suministros de leche, leche de soya, avena, almendras, yogures, champiñones u hongos, ajonjoli, espinaca, almendras, hojas de col, entre otros.
¿Cómo puedo saber si tengo deficiencia de vitamina D?
De acuerdo con el Dr. Jorge Yamamoto, la deficiencia de vitamina D se puede conocer a través de estudios de sangre, los cuales podrán indicar el rango actual o su deficiencia. Podría considerarse que los niveles plasmáticos de vitamina D recomendados sean al menos de entre 30-40 ng/mL dependiendo de la persona, condición y edad. Una persona con insuficiencia de vitamina D está entre los 20 y 30 ng/mL.
Lo más interesante es que a pesar de que una persona con insuficiencia de Vitamina D no lo sepa, puesto que no te da una sintomatología propia, sabemos que ante la función inmonológica, un nivel normal de Vitamina D puede ser muy importante. Por eso debemos cuidarnos de adentro hacia afuera.
Beneficios de mantener normal los niveles de Vitamina D3
- Un mejor sistema inmune. No quiere decir que aumenten las defensas, sino que se fortalecen. Al estar fortalecidas menos enfermedades podemos adquirir, y en caso de padecer alguna enfermedad, ésta podrá ser leve o moderada.
- Mantener el equilibrio de la concentración de calcio y fósforo en la sangre.
- Participa en la regulación de la presión arterial.
- Interviene en la síntesis, secreción y acción de la insulina.
- Inhibe la proliferación de células malignas o tumorales.
- En el sistema nervioso central, induce la síntesis de compuestos (neurotrofinas) que tienen efectos neuroprotectores.
- Aumenta la concentración de glutatión (antioxidante) en el cerebro, lo que protege a las neuronas de la toxicidad.
- Se ha demostrado que el grado de protección contra infecciones aumenta a medida que
aumentan los niveles de vitamina D.
- Un estudio observacional reportó que valores de 38 ng/mL resultan apropiados para disminuir el riesgo de infecciones respiratorias agudas virales.
- Por otro lado, algunos autores sugieren mantener un nivel de vitamina D de por lo menos 30 ng/mL o incluso mantenerlo en un rango de entre 40-60 ng/mL para reducir los procesos infecciosos.
En todos los grupos de personas y sectores poblacionales, lo primordial es conocer el valor en plasma de vitamina D, para saber entonces cómo proceder. De acuerdo con la literatura médica, existen diferentes esquemas de suplementación para corregir la insuficiencia o deficiencia de este nutrimento, pero en términos generales, la recomendación es la suplementación de 4,000 UI (unidades internacionales). Un consumo responsable requiere de supervisión médica, pues determinará las necesidades de cada caso y la dosis particular a usar, ya sea para prevención, corrección o mantenimiento. Se ha visto que las 4,000 UI y el número de días que se debe suplementar dependerán de los niveles previos de este nutrimento, tomando en cuenta que la dosis máxima segura es de 10,000 UI al día.
¿Cuál es el régimen ideal para obtener un buen nivel de vitamina D?
La especialista en nutrición, Lic. Alicia Ramírez Huerta, Presidente Nacional de la Asociación Mexicana de Nutriología AMENAC, explica las características que debe cubrir un régimen alimenticio para que sea considerado una alimentación saludable:
- Que sea suficiente. Analizar la cantidad de los alimentos que se ingieren.
Es preciso no quedarse con hambre, pero tampoco excederse.
- Que esté completo. Cubrir todos los grupos de alimentos.
- Que sea equilibrado. Cuidar que haya un equilibrio en los nutrimentos; es decir, no priorizar ningún nutrimento sobre otro.
- Que sea adecuado para quien lo consume. La alimentación debe ser personalizada de acuerdo con la edad, actividad física que se realiza, estilo de vida, enfermedades previas o estado de salud en el que se encuentra.
- Que sea variado. No comer siempre lo mismo, todos los días.
- Que sea inocuo. Poner especial atención en la higiene; es decir, que esté libre de bacterias, virus, hongos, que puedan causar daños a la salud.
Concluye la especialista Ramírez Huerta: “La vitamina D participa en muchos procesos del organismo, desde el más conocido que es la fijación de calcio en huesos hasta la modulación de respuesta inmune. Esta vitamina se encuentra presente en múltiples tejidos del organismo por lo que participa en varias funciones, lo cual la hace indispensable para un buen estado de salud. Su deficiencia traerá síntomas y afecciones como: cansancio que puede ser ligero o extremo, procesos infecciosos recurrentes, deterioro en la visión, osteoporosis, osteomalacia, raquitismo, mayor presencia de diabetes e hipertensión, así como problemas neurológicos que incluyen Alzheimer. Definitivamente la vitamina D tiene múltiples y complejos efectos y funciones en el organismo. No podemos minimizarla cuando su nivel de acción es tan extenso”.
Es necesario mantener hábitos de alimentación saludable, consumiendo alimentos que proporcionen las cantidades necesarias de nutrimentos para un buen funcionamiento del organismo. Debemos incluir alimentos que son fuente de vitamina D, y en los casos donde exista deficiencia, recurrir a la suplementación, la cual debe ser indicada por su médico.